Un año más está por terminar y uno mas está por empezar. Para estas épocas se escucha y lee mucho (sobretodo en redes sociales) los buenos de deseos de todos quienes ven el futuro en una perspectiva de esperanza y prosperidad. Y eso es bueno porque precisa actitud atreverse a virar la página si queremos que el año entrante cubra nuestras expectativas. Por otra parte, esta historia (hasta aquí) ya nos es conocida por todos. Pero he visto también como, día a tras día, esa cara de entusiasmo y alegría se va apagando conforme llegan las desavenencias, adversidades, enfermedades, necesidades, etc. Entonces, y en este contexto, quiero preguntarte ¿en qué consiste la esperanza y prosperidad que esperas?
La página final
Imagina que tu vida –de forma continua, es como un libro–. El último capítulo se llama diciembre y tu estás listo y dispuesto a empezar tu esperanzador y próspero año nuevo. Qué pasaría si al avanzar con ansias por las páginas del último mes del año, te encuentras con la noticia de que ya no hay más páginas. Cuando creías que finalmente verías lo que tanto has esperado, te encuentras con una rígida pasta que choca con todas tus expectativas y te las deja tal como ves: ¡en blanco, vacío!
He usado esta analogía para que puedas graficar mentalmente lo que sucede cuando no sabemos en qué consiste la esperanza y prosperidad que tanto ansías. Nuestra sociedad –y la cultura en general– nos ha convertido en personas del hoy, sin pasado y sin futuro, a quienes solo les importa vivir su presente –nótese que utilicé "su presente" y no "el presente"– de forma individualista y solitaria, acomodados a caprichos y limitaciones mentales que no nos permiten imaginar y mucho menos experimentar como es aquello de los tiempos mejores.
Cuando el hombre se vuelve egoísta comienza a pretender que hasta el futuro tendrá que ceder a su voluntad y gusto personal. Traza su expectativa de esperanza y metas en: plena salud, para el y para los suyos; bienestar económico y abundante trabajo; viajes; amor como en las películas; cero problemas y ni hablar de los malos entendidos, todo será excelente. En este proceso, que no es malo en sí mismo, puede caer en la ingenuidad y banalidad ya que, primero, sabemos que no controlamos el futuro, ni salud ni nada y, terminar siendo vano porque solo piensa en sí mismo y le quita esa parte importante que la vida trae consigo –sí, aunque no nos guste reconocerlo–, llamado dolor y que si nos lo proponemos puede convertirse en un excelente maestro y sacar lo mejor de nosotros.
Páginas en blanco
Hasta aquí pareciera que ya no hay nada que hacer! Somos personas del hoy y si nos damos cuenta de que el mañana es tan infortunado como aparenta, entonces solo nos queda resignarnos a ver los días llegar y pasar por encima de nosotros según mejor les parezca.
Sin embargo, es todo lo contrario. Precisamente, esa incertidumbre es la que le da a la esperanza y prosperidad su rol protagónico, pues estas se convierten para nosotros en herramientas de mucha ayuda para aquellos casos difíciles que no esperamos y que mucho menos deseamos. Volvamos al ejemplo del libro de tu vida, imagina que llegado al final de diciembre, el lugar de chocarte con la rígida pasta de cartón, te encuentras con muchas –depende de ti– de páginas en blanco con historias que se irán escribiendo en el día a día y que con tu cooperación y las herramientas que hoy usamos –metafóricamente y como un insípido tradicionalismo– y podrás irlas llenando de todas tus expectativas cumplidas y todos esos augurios que tanto soñaste, pero de una forma real y encarnada.
Si no sabes cómo empezar, pon todos tus recursos a tu favor y sácale partido a tu propia historia. Mira cuántas veces ya lo has hecho, mira cuantas veces no los has logrado, y de todas ellas aprende cada día algo nuevo, una herramienta mas eficaz y métele toda la esperanza que quepa, con la confianza de que Dios cuida de ti y que con su bendición y ayuda, podrás resolverlas de la mejor manera y, sobretodo, con la mejor actitud. Vira la página del 2013 y deja atrás los egoísmos, individualismos, dureza de corazón, falta de amor y de fe para que en el 2014 llenes las páginas del libro de tu vida con amor, confianza, perdón, esperanza, sonrisas, trabajo, alegría, templanza, fortaleza, sencillez y todas las virtudes que puedas.
Recuerda, la esperanza debe estar puesta en Dios y la prosperidad centrada en el amor, con estos dos objetivos claros, te garantizo que gozarás de un nuevo año mucho mejor de lo que alguna vez esperaste y serás muy feliz. Que tus sueños y anhelos cada día sean mas.
¡Feliz 2014!
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